Mientras este viejo actor y director sueña con su anhelo cinematográfico, a Buenos Airesllega Charito, una joven originaria de la selva peruana que, tras dejar a su pequeño hijo al cuidado de su hermana, llega al país para trabajar como mucama. Al conocerla, Jorgecomienza a experimentar una misteriosa pasión hacia ella y es Sara, su hija, quien lo ayuda a enfrentar sus fantasmas.
A partir de entonces, el inconsciente de los protagonistas comienza a quedar al descubierto por medio de sueños, visiones y fantasías que surgen en medio de caballos, fragmentos de películas perdidas, videos antropológicos y sesiones de esgrima.
Así como el proceso de creación supuso un desafío para Boy Olmi, el resultado final también constituye un reto para los espectadores, quienes deben descubrir por qué el personaje masculino siente una atracción profunda hacia Charito.
Si bien Sangre del Pacífico es una historia que se enmarca en el género del drama y no busca dejar moralejas, su director, en el marco de una entrevista que le concedió aPágina/12, la ha definido como una “película moral” que retrata a un hombre de discurso épico repleto de contradicciones “que lo hacen humano y falible”.
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